Tomar la decisión de dar la vuelta al mundo no suele ser tarea sencilla. Una piensa en el trabajo, la familia, los amigos… y a eso se le suman los miedos y la angustia ante la idea de dejarlo todo… ¡y el cóctel que se produce dentro de una es explosivo! Te asaltan las dudas y pasas noches de insomnio y días de “soñar despierta” delante de un mapamundi. ¿Y si me voy a dar la vuelta al mundo? ¿Será caro? ¿Qué pasará a mi regreso? ¿Estoy loca si dejo el trabajo? ¿Podré pedir una excedencia o tele trabajar?
si estas pensando un viaje o algo no tan grande te compartiré un poco la estructura y la forma en que se puede organizar quizás te sirva de algo.
Lo primero es determinar ¿Qué quieres hacer? Esto más que un ejercicio práctico es un ejercicio de introspección
Se tiene que decidir qué tipo de viaje quería hacer ya que esto cambiaría totalmente el panorama de lo que debía planear. No es lo mismo ahorrar para un tiempo limitado que para un tiempo ilimitado, no es lo mismo decidir vender todas tus cosas a pedirle a alguien que te guarde algunas para tu regreso. Este tipo de cuestiones ayudarán muchísimo a estructurar tu plan y tu viaje, así que siquiera antes de comenzar date un tiempo para meditar, leer, informarte y ver las posibilidades que tienes.
¿Donde éstas parado? Una vez decidido el tipo de viaje que quieres hacer, es necesario determinar donde estas parado, esto incluye financiera, personal y profesionalmente.
Piensa, ¿Cuánto dinero tienes ahorrado?, ¿Qué cosas posees? ¿Tienes familia? ¿Qué profesión tienes? Todas estas preguntas te darán un panorama general de la situación o por así decirlo
ITINERARIO:
Antes de comprar los billetes aéreos, es importante que decidas un itinerario “aproximado”–y esto cobrará sentido cuando te cuente cómo funcionan los billetes RWT (por las siglas en inglés “Round World Ticket” o “vuelta al mundo” en castellano).
Pero básicamente, con los billetes RWT deberás ir desde tu punto de partida, hacia el este o el oeste y regresar al punto de partida. Es decir, debes hacer una lista con todos los sitios que quisieras conocer durante tu viaje y ordenarlos por cercanía a ti, yendo hacia el este o hacia el oeste. Así, por ejemplo, un billete RWT no te permitiría viajar de Buenos Aires a Tailandia y luego a India y de ahí a Nueva Zelanda… deberías seguir para el este y no retroceder (por lo que en este ejemplo, a India deberías ir por otros medios, o comprarte un billete aparte para ese tramo del viaje). Pero vayamos de a poco.
Si tu itinerario es un poco más lioso y no te quieres ajustar a viajar en una sola dirección, también puedes ir comprando los billetes por tramos, a medida que los vayas necesitando y olvidarte de comprar un RWT; o incluso combinarlos.
Si bien tenemos un itinerario pensado, debemos saber ser flexibles. Porque la flexibilidad nos permite adaptarnos a las circunstancias que se vayan presentando. Y la adaptabilidad es la base de la felicidad. Si bien es una frase que se puede aplicar a varios aspectos de la vida, en los viajes largos cobra un significado especial.
Para organizar el itinerario también debemos tener en cuenta otras cuestiones que pueden parecer no muy importantes, pero lo son. Por ejemplo, el clima, el tipo de cambio (países más baratos que otros para viajar) o las visas que necesitamos.
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